27 sept 2015

Textos olvidados...

Me he pasado la ultima hora entre varios de mis viejos cuadernos de free writing buscando el argumento de una posible novela que ya había planteado; siempre una mirada al pasado de posibles textos, que están en una etapa embrionaria, me provocan una marea de recuerdos y de viejos anhelos. Sin embargo me acabo de topar con un documento electrónico, debido a que abandone los cuadernos y por lo tanto he perdido ese argumento, que no me trae ningún recuerdo, ni sé por qué lo escribí. Pero creo que tenia madera para ser un buen texto de reflexión sobre las canciones de desamor. El texto dice:

Lo que a hierro mata, a hierro muere.

La gran variedad de canciones se puede relacionar a la gran cantidad de bebidas alcohólicas. Por un lado hay canciones del estilo ranchero, folk, blues, rock, clásica, trova, pop, balada, bolero, tango, etc… Por otro lado está el tequila, el vodka, la cerveza, el vino, el licor, el whisky, el brandy, el mezcal, etc… y en ambos el resultado final, la canción o el trago, depende de muchos factores: la forma de elaboración, los ingredientes, las palabras elegidas, el ritmo, el aroma, la consistencia, la melodía, el tiempo en que se preparó, la combinación, etc. Si el resultado final depende de tantos factores y hay tantas variedades, ¿Cómo saber si esta frente a un buen vino, o si se está frente a una buena canción? Una posible respuesta se puede hallar en los textos críticos de apreciaciones o valoraciones estéticas, otra posible respuesta pueda venir desde el propio gusto como una vieja amiga que opinaba que el mejor trago es el que le gusta a uno; en este texto propongo una aproximación a la conjugación de estas dos propuestas desde una perspectiva particular de la canción ¿Por qué gustan más las que hablan del desamor, o de la tristeza, o del dolor, o de la rabia? La respuesta se haya en la unión de tres ideas: el gusto, la catarsis y lo sublime. 


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