15 abr 2012

Poesia


Si algún día te roban un beso
y a cambio, le robas la vida,
la tomas con fuerza salvaje,
devorándola entre el brillo y el tormento.

Vienes y escribes, aun con la adrenalina,
Y queda impregnada en la hoja
la rebaba de las caricias que te sobresaltan en la nuca.

¡Eso es poesía!

Si tienes, por decir algo,
un instante de ataque de furia,
de inconformismo;
y quemas todo,
rompes con un palo el sillón cómodo
sintiendo que por fin estas liberado.

Y lo primero que gritas
es algo que se vuelve poesía,
por su fuerza, por su rabia,
por su belleza.

Tu grito habrá servido
para desgarrar a mi alma
y sus ataduras.

Si lo anterior es lo tuyo,
por condena o por azar.
Y aun te queda un respiro de vida
para llevarme al infierno,
quemarme,
y dejarme ahí, ardiendo
gritando y devorando salvajemente…

¡Yo te leo!


Paul Peña.

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